domingo, 31 de mayo de 2015

¡Arthur C. Clarke era un visionario!

Arthur C. Clarke era un escritor de Ciencia Ficción que falleció en 2008. Es conocido sobre todo por ser el autor detrás de 2001 una Odisea en el espacio. Lo que no se conoce tanto es que hizo estudios de Física y Matemáticas, y allá por el año 1945 fomentó la idea de los satelites geoestacionarios (aunque la idea original era de un esloveno, Herman Potočnik, en 1928). Ha sido uno de los  escritores que más ha intentado plantear un futuro tecnológico plausible de acuerdo a la técnica actual. En sus escritos han aparecido multitud de procesos que han ido desarrollados mucho antes de lo previsto en sus novelas: redes similares a internet, organizadores personales similares a los móviles actuales, etc.

En una de esas novelas (Rama II escrita con Gentry Lee) narra la epopeya de unos astronautas que se quedan encerrados en una nave extraterrestre robótica y sin tripulantes cuando se va del sistema solar. (No doy más datos para no reventar la historia). Como es de suponer, no llevan comida ni nada, y su problema es cómo sobrevivir.  Explorando la nave llegan a un ordenador donde pueden interactuar con la "inteligencia artificial" que controla todo. Tras mil pruebas, uno de los astronautas consigue que la nave le fabrique un cubo de un material negro. Más adelante consigue que le fabriquen una esfera, y después de mucho esfuerzo consigue fabricar cualquier objeto si logra expresarlo en forma de figuras geométricas sencillas. Más adelante obtiene figuras realizadas con un segundo material, y conforme pasa el tiempo y son capaces de definir moléculas complejas, hacen que les fabriquen hasta comida y bebida.

Cuando lo leí por primera vez (el libro original es de 1989) me pareció que quien tuviera semejante máquina podría hacer lo que quisiera, pero que la máquina en sí debería ser muy compleja (y de hecho es lo que insinúan en el libro) y ser casi del tamaño de una ciudad.

Esta semana me ha tocado interactuar con la versión actual de semejante máquina. No es que sea algo rompedor, porque la tecnología lleva aquí ya unos años, pero ha sido "mi primera vez". Y me he sentido como el astronauta del libro.

De lo que estoy hablando es de las impresoras 3D. He empezado a jugar con ellas y me han enamorado. Hasta ahora mi interacción se había limitado a mandar hacer piezas a un taller. Pero aquí he podido disfrutar (sí, no se puede describir con otra palabra) de todo el proceso. He diseñado la pieza en mi ordenador, utilizando "figuras geométricas sencillas", y luego he ido al taller a imprimirla, y en una hora ¡voilà! ya la tenía en la mano. Mis hijos han alucinado y ya quieren una para casa (tendrá que esperar, porque aún cuestan caras). Pero para el laboratorio cae una fijo. Nos va a independizar de los talleres un montón.

La pieza que he diseñado es un modelo para conducir aire por un conducto, y se basa en un sistema modular. Las imágenes en el ordenador de dos de las piezas son:
Y el resultado impreso ha sido:
donde se ven las dos piezas montadas, y con un tubo conectado (la foto la hice con el móvil, que tiene una cámara muuuuy mala).

Ya sé que no os dirá mucho, probablemente os deje "fríos", pero presonalmente lo que me parece alucinante es la simpleza del proceso, y el mundo de posibilidades que abre. Es exactamente como lo planteaba Arthur C. Clarke, pero en vez de necesitar unas instalaciones enormes, sólo hace falta material que cabe encima de una mesa...

Así a simple vista parece que no es tan prometedor, ¿verdad? Total, un plástico blanco y ya está.
El elemento de partida es un rollo que viene en bobina y que se coloca en un inyector. Resulta que no sólo hay "plástico blanco" (si habláramos de telares o máquinas de coser diríamos "hilo blanco") sino que hay materiales de todos los tipos: todos los colores, que brillan en la oscuridad, solubles en agua u otros materiales, imitando madera, imitando metal, fibra de carbono, conductores de la electricidad, magnéticos,... realmente no hay límites.

Por poner unos ejemplos, se pueden hacer circuitos electrónicos:


Metales (más elaborado):

Casas (sí, habéis leído bien, casas...)

Partes del cuerpo (de momento, poquito, no mucho, pero prometen...)


e incluso hamburguesas!

Vamos, que no hay límites, sólo la imaginación.

Si os ha despertado la curiosidad, podéis visitar la página 3dprintingindustry. Os aseguro que os entretendréis un rato.



martes, 26 de mayo de 2015

En el auto de Papá, nos iremos a pasear...

En entradas anteriores comentaba algunas peculiaridades sobre aparcar y cruces en estas tierras. Ahora que tenemos más experiencia en esto de recorrer estos caminos, quería compartir con vosotros algunas de esas cosillas que hacen que conducir sea, digamos, un poquito diferente. Hoy voy a hablar de más peculiaridades de las carreteras de USA y Canadá, de las peripecias al conducir un coche alquilado y, cómo no, del precio de la gasolina.

Empecemos por las peculiaridades de las carreteras. Imaginemos que llegáis a un cruce con semáforo, y queréis girar hacia la derecha. Y conforme os acercáis veis que se pone en rojo. ¿Qué haríais? Bueno, lo que todo hijo de vecino, ¿no? Semáforo rojo significa no pasar. Entonces, freno y me detengo. ¡¡¡ERROR!!! Aunque esté rojo, si vas a girar a la derecha, (y también a la izquierda en condiciones particulares) puedes hacerlo. Obviamente tienes que esperar a que no venga nadie de la otra calle y a que no hayan peatones. Pero por lo demás, puedes hacerlo a no ser que en el semáforo, o al lado de él, aparezca una señal como esta:
Pero claro, esta norma cambia en algunos estados. Pero al menos en lo que nos toca (WA y Canadá) sí que funfuna.

Pongamos ahora el caso contrario. Llegas a un semáforo, y quieres girar a la izquierda. Y se te pone el semáforo verde. Tú, tan feliz, te dices "ya puedo pasar" y arrancas y giras. ¡¡¡ERROR!!!! Se pone verde a la vez tu semáforo y el de los que vienen de frente. Y ellos tienen preferencia. Así que te toca esperar ahí arrimadito al centro de la calle a esperar que aparezca un hueco y pasar. Menos mal que en Francia también es así y uno va con cuidadín.

Sólo puedes pasar sin problemas si en la dirección en la que quieres ir hay un semáforo con flecha verde. Si es disco verde, no hay preferencia. En el caso de la foto puedo girar con preferencia, pero si se apagara la flecha todavía podría girar,  pero sería sin preferencia:
¿A que mola? Rojo: pase, Verde: no pase. Muy lógico.

Total que llegas a Canadá, y dices, "aquí no cambiará mucho esto, ¿no?" Je, je. La primera, en la frente. Llegas al semáforo y te encuentras que cuando se pone verde, resulta que parpadea. Anda, que también los canadienses, les da por rizar el rizo... Y oye, no hay manera de deducir lo que es. Pero por "si aca", y viendo cómo va todo por aquí, y teniendo en cuenta que ya me ha tocado comerme una multa en Francia, nos toca poner trescientos sentidos, y pecar de exceso. Luego al llegar  a casa, toca mirar por Intersné que significa. Resulta que cuando parpadea tienes preferencia, y puedes pasar sin miedo, y si deja de parpadear y es continuo, no tienes preferencia...

¡¡Vivan los semáforos!!!

Pasemos a los coches alquilados. Para empezar son todos automáticos. Eso tiene dos inconvenientes: el primero, al llegar. Lo que parece natural es decir "vale, uso el pie izquierdo para el freno y el derecho para el acelerador". Pues no, listo, porque la tendencia es usar el pie izquierdo pisando el pedal (del embrague) a fondo, y no tienes la sensibilidad en el pie. Si uno lo intenta (como hice yo), toca frenazo brusco. ¡Pero brusco, brusco! Y si no os lo créeis, preguntad a mis hijos... Lo mejor que uno puede hacer es "aparcar" la pierna izquierda y aprender que no tiene que moverla. Eso cuesta. Ahora ya estoy acostumbrado. El segundo inconveniente será al llegar a España. Ya veremos cuántas veces se me cala el coche de Pamplona....

Otro tópico de chiste muy común al alquilar un coche es encontrar la manera de abrir el depósito de gasolina. Los coches modernos ya no llevan ni llave ni puertecita para abrir con el dedito. Lo que traen es un botón o palanca (depende del modelo) colocado en posiciones varias. Lo normal es que esté a la izquierda del volante. Pero eso es lo normal. Hay excepciones. Y te lo puedes encontrar bien abajo, escondido, que parece que no quieren que lo localices, o como en el coche de este fin de semana, estaba en la parte de abajo de la puerta. Empiezo a pensar que es una estrategia de las agencias de coches: como hay que devolver el coche a tope de gasolina, me parece que colocan la apertura del depósito en lugares esotéricos para que te desesperes y no te importe que te penalicen por devolverlo sin llenar... Hasta aquí, excepto con el primer coche, no hemos necesitado de ayuda.

Pero el colmo ya es dónde está el freno de mano. Aquello de la palanquita a la derecha (lo normal) o a la izquierda (como en el C8 de Citroen) del asiento del piloto ya es algo viejo. En los modernos lo normal (es un decir) es que sea un botón en el salpicadero otra vez a la izquierda del volante, aunque también puede estar a la derecha. Bien, los dos últimos tampoco son así. Resulta que es una especie de pedal alto y medio escondido que está a la izquierda del todo. Me tuve que mirar el manual del coche para saber cómo iba. Menos mal que estaba en la guantera. Si me preguntáis por qué no lo consulté en la agencia os diré que el coche normalmente lo tengo que recoger en un garaje público que está a una manzana de la agencia. Consecuencia: es más rápido mirar el manual...

La última particularidad que quería comentar es la digitalización creciente... Hemos tenido dos coches con cámara de video para la marcha atrás, lo cual es muy útil, pero te acostumbra muy mal; con indicador de coches en el ángulo muerto; con brújula digital en el espejo retrovisor central interno (debe venir muy bien para aquello de "no aparque al norte o sur de aquí"). Pero la electrónica también tiene sus pegas. Uno de los findes fuimos al centro, y como hacía calor queríamos dejar los jerseys en el maletero. Pues nada, los colocamos, y cerramos el maletero. Y "porsiaca" miramos si estaba bien cerrado. Intentamos abrirlo con la manita, ¡y se abrió! Volvemos a cerrarlo con el super-mando (era el mismo coche de los indicadores de ángulo muerto y la brújula), pita "bip", y al probar otra vez, lo mismo. Se abre con la manita. Probamos mil cosas. Y en esta que me acuerdo que, cuando está cerrado, si te acercas con la llave a la puerta del conductor se abre solo. Y me digo, ¿a que sólo se bloquea si se aleja la llave? Y es lo que hicimos. Me alejé con la llave, y parte de la family se quedó para comprobar si se cerraba. Y efectivamente, se cerró. ¡Qué sensación de analfabetismo tecnológico!

Y por último, las gasolineras y el coste de la gasofa... Todo el mundo comenta que la gasolina aquí es más barata. Y efectivamente es así. Pero vamos por pasos. Cuando uno llega a la gasolinera se encuentra que hay tres tipos de gasolina:
Como podéis comprobar, el precio cambia si pagas en efectivo (cash) o con tarjeta. La diferencia es un 2% aproximadamente. Y tambien se puede observar que la presencia del diésel es anecdótica, esta en una de cada cuatro gasolineras (aprox)... El precio indicado es por galón, que traducido a métrico, es cada 3.78 litros. Os dejo adivinar qué calidad de gasolina escojo...

Si uno toma el caso de pagar con tarjeta, y la opción más barata, sale en este caso a 2.69 dólares cada 3.78 litros. Es decir, a 0.71 dólares el litro, o lo que es lo mismo unos 0.63 euros... ¿No está mal, eh?

Pero es que además uno puede acumular descuentos con las compras de la semana, y ese descuento lo puedes aplicar en un depósito del mes siguiente. Y eso es lo que hemos hecho este fin de semana, con los descuentos de abril. Nos ha salido la gasolina a 2.099 dólares el galón, es decir unos 0.5 euros el litro. Puse más de 45 litros de gasolina por unos 22 euros.

Lo malo es que estamos en una de las regiones más caras de USA para la gasolina:


Hay zonas por Oklahoma donde el precio es ya de partida inferior a $2. Si además aplicas descuentos, ¡la gasolina sale tirada de precio!

viernes, 22 de mayo de 2015

Soplaré y soplaré, ¡y tu casita derribaré!

Todos hemos oído de pequeños el cuento de los tres cerditos, aquellos lechoncillos metidos a arquitectos que debían sobrevivir al vendaval generado por el lobo feroz...

Los tres constructores eligieron tres materiales muy diferentes:
De todos es conocida la historia, sólo sobrevivió la casita de piedra, o ladrillo: las demás fueron derribadas por el lobo, con diferente suerte para sus constructores según la versión. En algunas se los comía el lobo, en otras se iban corriendo a casa de su hermanito el albañil.

Quizás por eso tenemos la idea (en Europa) de que es mucho mejor construir una casa de ladrillo o piedra que de madera. Cuando llegas aquí te encuentras con la realidad (ya conocida) de que la mayor parte de las casas unifamiliares son de madera. Y de hecho es muy común en casi todas las regiones que se hagan de ese material.

Cuando se ven los desastres causados por los tornados reaccionamos con incredulidad, quizás por remembranzas de la niñez, al ver que se siguen construyendo las casas de madera en vez de un material mucho mas resitente como es el ladrillo. Esta entrada pretende responde a esa pregunta que uno se hace siempre: ¿por qué hacen las casas de madera, en vez de un material mucho más duradero como el ladrillo?

Empecemos por el mito del soplador: una casa de ladrillo aguanta mejor un tornado. Bueno, ¡pues es falso! ¡Hala, a mandar el cuento a freir espárragos!  Aquí os dejo un documento sobre análisis de riesgos de tornados y algunos ejemplos. A título informativo la velocidad de un tornado puede ser de 320 km/h (en menos del 1% de los casos), siendo el máximo registrado de 370 km/h. Con esa velocidad pueden levantar incluso camiones (para ver el vídeo, hay que hacer click en este enlace).


En el documento indicado es interesante el capítulo 3, donde habla de casos. El primero es el de un High School, por encima del cual pasó un tornado de intensidad máxima: como resultado, dos autobuses escolares acabaron encima del escenario donde habían estado ensayando unos chicos.
Después de ver el documento queda claro que el problema no es madera o ladrillo, sino que si uno quiere construir algo resistente a tornados debe ser de hormigón armado, y resistir el impacto de coches o camiones. Y sin ventanas, porque las ventanas revientan por la presión, o por el impacto de misiles. Véase este ejemplo contra  un frigorífico:

Pero claro, nadie quiere vivir en un edificio de hormigón sin ventanas. En los colegios y similares las zonas de "refugio" se colocan en los pasillos, estos hechos de hormigón.

La otra opción es hacer las casas con un sótano de hormigón que sirva de refugio, y construir por encima con otro material que sea barato de reponer. Y aquí es donde entra la madera: aquí es más barato contruir con madera que con ladrillo.

Destruido el mito de la seguridad de la casa de ladrillo, y si además resulta más barato hacerla con madera, entonces la elección es clara: madera.

Además tiene otras ventajas. Esta es la casa donde vivimos ahora:

La parte que se ve al fondo es la casa original. Hace unos años le hicieron el añadido que aparece en primer plano con planta baja y primer piso triplicando la superficie. Para hacer la modificación, en madera, es mucho más simple. Se toma la sierra de calar, se corta la puerta de unión en la pared de la casa antigua, y ¡a construir!

Por otra parte, parece que también aguantan mejor los terremotos (al ser más flexible que el ladrillo). (Y eso sí que nos afecta, porque aquí no hay ni tornados ni huracanes).

Cuando uno viene por aquí, y ve la cantidad inmeeeeeensa de bosques que hay, entiende el bajo coste de la madera.





domingo, 17 de mayo de 2015

Cinnamon

La canela, o cinnamon como se llama por aquí, parece ser la especia estrella de este país. Se puede encontrar en todos los sitios, y es raro el dulce que no se venda con ese flavor.

De lo primero que encontramos, y que a los niños encantó, son unos cereales:
A los niños les priva.

También la estrella del desayuno son unas galletas de miel, que pueden llevar además canela:

U otros chismes, como los pretzels, que los puedes tomar saladitos, cual pizza o con hotdog, o dulce, con canela. O cómo no, los donuts también pueden llevar canela:
 
Hasta aquí todo normal, lo dulce con canela puede estar muy rico, aunque el exceso cansa. Pero hay otros elementos más extraños que pueden llevar canela... Lo último, lo que me he tomado hoy, es CERVEZA o Cinnamon horchata ale (ojo, lo penséis como yo que lo de horchata es una barbaridad: horchata viene del italiano, y significa "hecho de cebada", así que es apropiado para la cerveza):


Debo confesar que me ha gustado.
¡¡Socorrooooo, se me debe estar atrofiando el gusto!!

¡¡UNA MORCILLA POR FAVOR!!

¡Ya podemos votar!

Ayer sábado 17 de mayo nos llegó la documentación para poder votar en las elecciones del próximo 24... ¡Qué a tiempo! El último día para poder enviarlo es el próximo miércoles día 20, lo cual significa que sí que podremos ejercer el glorioso derecho constitucional (léase con retintín) expresado en el artículo 23 de la "Consti".

Así que todo el proceso de inscribirnos en el registro de no residentes, pedir el voto, etc, etc, ha servido.

Inciso: By the way os comento que  el sábado 9 ¡por fin! nos devolvieron los pasaportes. Eso implica que para poder llegar hasta este punto y poder "votar", nos hemos tenido que pegar TRES SEMANAS sin pasaportes. Es decir, básicamente indocumentados. 

Felizmente no nos ha parado ningún policía: no han tenido la oportunidad de ponerse gallitos y, llegados a la peor situación, tratarnos como emigrantes ilegales... De cualquier modo sí que nos ha complicado los trámites con el banco y con el alquiler de coches. 

Aquí debería decir que este viernes, cuando he ido a recoger el coche de alquiler a la agencia a la que normalmente vamos, la chica que atiende cuando me ha visto con el pasaporte no ha podido evitar soltarme un "Great, you got it!". Retrospectivamente, y de haber sabido el tiempo que íbamos a pasar así, no hubieramos empezado los trámites.

Todo esto significa que somos de los "privilegiados" (es un decir) que hemos tenido acceso anticipado a las papeletas.

Os reto a que acertéis cuántas candidaturas hay al parlamento de Navarra.

¿Cuántas oigo?

¿Diez? No, más.

¿Once? No, más

¿Doce?

No, CATORCE!!!


Recuerdo hace años que un amigo quería votar nulo, y no se le ocurrió nada mejor que meter en el sobre una papeleta de cada uno de los partidos que concurrían. Creo que eran elecciones generales... El caso es que cuando le tocó al presidente de la mesa meter el voto para el Senado, ¡casi no cabía el sobre por el hueco! Teniendo el voto metido a mitad, el presidente se le quedó mirando aunque sin decirle nada, y nuestro amigo simplemente se encogió de hombros.

Pero aquí, como hay que mandar la carta de vuelta certificada, casi mejor no hacerlo, no sea que haya que pagar a peso.

Siguiente paso: llevarlo a correos (bueno, al US Postal Service) y enviarlo como muy tarde el miércoles.



lunes, 11 de mayo de 2015

Diario de un superviviente: Viviendo en una película

Como hemos dejado entrever en algún post, la vida aquí es una película, llena de tópicos y calles que parecen decorados. En este post voy a sacar a la luz los principales y más importantes tópicos.

The neighbourhood:
Lo primero, el barrio.
Casas.

Casas.

Más casas.
Casas durante kilómetros y kilómetros, todas unifamiliares y con su jardincito. No faltan las que tienen la bandera de los EEUU en la fachada, y todas ellas tienen un buzón con banderita y todo (Por cierto, la banderita es para señalar que quieres mandar el contenido del buzón, no como en el correo electrónico que significa que tienes un e-mail).
El ambiente, del más puro Oeste. Calles que son caminos "asfaltados", camión del lechero y barbería sacada de las de Bud Spencer y Terence Hill.



Tampoco pueden faltar la boca de incendios y los buzones de periódicos. Si te suscribes a estos últimos, te los lanzan al jardín cada mañana, eso sí, dentro de una bolsa, debido al tiempo de aquí.

Y luego los vecinos. Muy majos, te saludan por la calle y la vecina de al lado deja un pan casero, un ramo de flores y una carta en tu puerta para conocer a los nuevos vecinos.
Entremos en la casa: cocina, con ventana sobre el fregadero incluido y barra de desayuno.
Piso de arriba, con escaleras en esquina, perfectas para que el gato de la casa te mande de vuelta para abajo del susto a las tantas de la mañana. Sótano oscuro, (digno de El silencio de los corderos) con sala de la plancha y lavadora y secadora.
Y jardín: Su parcelita de césped, con sus plantitas, sus mangueritas, su vallita, su garaje-cobertizo al fondo, todo muy peliculero.


Recuerda a: El silencio de los corderos, E.T. (las casas son igualitas), Bud spencer y Terence Hill.

The high school:
A éste ya le dediqué todo un post, así que voy a ir un poco por encima. Pasillos de taquillas, cantina, anuncios por megafonía, la assembly, el campo de fútbol americano y el de béisbol, y demás 'muricanadas.

Recuerda a: High School Musical, Grease, Disney Channel (Todas sus series)

The City
La ciudad parece sacada de un mapa del SimCity. Centro neurálgico de negocios. Zona residencial kilométrica al norte, oeste y este, con casas tras casas y algún que otro centro comercial de vez en cuando.

 Al sur, zona medio comercial/medio industrial con los dos estadios (de fútbol americano y de béisbol), y más al sur el aeropuerto. Autopistas cruzando la ciudad, pasando entre los rascacielos y bajo la ciudad en túneles.
El transporte público es bastante normal, con autobuses que pasan por el centro de la ciudad en un túnel. Eso sí, no falta el monorraíl elevado sobre a ciudad, digno de Gotham City, reliquia de la exposición 21st century de 1962, junto a el Space Needle.

Recuerda a: SimCity (La saga entera), CitiesSkylines, Batman (y toda la franquicia)

Seattle en el cine
Por último, quiero hacer mención de las películas y series de televisión que transcurren en Seattle, cubriendo un rango de temática muy variopinto, incluyendo Amatomía de Grey, Crepúsculo, I-Carly, 50 sombras de Grey, Chronicle entre otras.
Seguiré escribiendo.
Corto y fuera.

domingo, 10 de mayo de 2015

El país de la ley de la oferta y la demanda

Hoy ha sido un día de tópicos. Pero no me voy a centrar en ellos (ya hay alguien preparando una entrada sobre tópicos, y seguro que habrá más de una) sino en los efectos de la ley de la oferta y la demanda cuando hemos ido a sumergirnos en uno de ellos: un partido de baseball.

El caso es que en el Middle School de uno de nuestros hijos nos propusieron ir a ver un partido de los Mariners, el equipo de baseball de Seattle (ya de paso diré que, gracias a que fuimos, ganaron) a un precio muy reducido, y he ahí que nos embarcamos todos juntos. Nos llevamos nuestro bocata de tortilla de patata, y a 'muricanizarnos...

Pero claro, hay que dejar el carro en algún lado, así que miré por intersné cómo aparcar cerca. Y ahí es cuando me asusté y me dije "¡si vamos a pagar más por el coche que por nosotros!". Como alternativa pensé:  "bueno, vamos temprano y aparcamos en la calle, que algún sitio habrá..."

Como os podréis imaginar no lo había: No hemos sido los únicos en pensarlo, sino que aunque nos hemos ido una hora antes para allí, había un montón de gente ya buscando sitio. Y ningún hueco.

Pero lo que sí había es negocios paralelos. Aquí al que se le ocurre una idea, la monta, y ya está.
Y todo el que tiene un solar cerca del estadio, ¿qué hace? Improvisar un parking.

En la primera vuelta (hemos dado dos), ya hemos visto los precios y nos parecían caros ($7 por el rato del partido, el "event"). Y en la segunda vuelta no había ya de $7 y nos hemos decantado por meternos en uno por $10.

Total que hemos aparcado, y ya se estaba llenando. Aquí es cuando llegamos al efecto de la oferta y la demanda. Cuando el tipo ha visto que se le estaba llenando, ha subido el precio. Pero no "un poquico", quiá, no.

Aunque en realidad nada ha cambiado (aviso spoiler: viene un chiste muuuuy malo): Ha "desdoblado" el cartel que tenía ya preparado, y el precio lo ha "doblado" de $10 a $20.
Si "dobla" algo que ha "desdoblado", no cambia nada, ¿no?    !?!?!??!!

Y tan natural, sin cortarse un pelo, cuando me ve que lo miro y se lo digo a los demás, nos sonríe y nos dice "han tenido suerte, ahora el doble!".

¡Más lo deseas, más te cuesta!

Y aún hay más, hemos visto también carteles de:

Fíjense en el detalle de cómo el cartel de $25 es temporal, y sujetado con una piedra!!

Y aún hay más:

Que uno dirá, por $40 dólares en tres horas, el parking de marras será algo "top", ¿no?
Algo así:

Pues no, el parking que costaba $40 es:

¡¡Ni siquiera asfaltado!! Vamos, que yo no dejo ahí el coche ni pagando...

Resumidas cuentas: verdaderamente es el país donde reina la oferta y la demanda.



jueves, 7 de mayo de 2015

Obsolescencia programada

Probablemente hayáis oído este chiste, de cuando se arreglaban televisiones (¿os acordáis?):

Se le estropea a un señor su tele y llama al técnico.

Este llega al domicilio y le pregunta cuál es la avería. Cuando se lo explica el dueño, quita la tapa trasera a la tele y bucea un ratito entre todos los componentes electrónicos que hay allí dentro. Luego se dirige a su maletín, saca un componente minúsculo y se lo cambia. Pone la tapa, enciende la tele, y ¡voilà! ¡Funciona!

El señor le dice ¡qué alegría, ya me dirá cuánto le debo!

-Claro que sí, son 60,5 euros. 
-¡Cómo tan caro, pero si sólo ha cambiado una piecita de nada!
- Exacto, la pieza, 0,5 euros, saber cuál era la que había que cambiar 60. 

Esto viene a cuento porque estos días me he sentido como el señor del chiste, pero sin técnico que lo arregle.

Estoy usando un láser de Argón, potente él, puede dar hasta 6W de potencia (muuuuy brillante, mucho, mucho más que los punteros de San Fermín). Por esa razón es un láser que necesita ser refrigerado, y este en particular lo hace con una circulación de agua. Tiene que ser como mínimo de 8 litros por minuto.

El otro día le entró la pereza y dijo "¡hasta aquí hemos llegado!" y dejó de funcionar. El único error que daba era una lucecita roja que se encendía al lado del cartel "No hay circulación de agua".

El caso es que sin láser, no se puede hacer ná de ná. Así que hemos estado unos días buscando soluciones. La primera, la del chiste: Contactar con la casa que lo fabrica para que vengan a arreglarlo.

La respuesta fué divertida: "No, mire, ese láser ya no lo fabricamos, y además hemos dejado de darle soporte por lo que ni siquiera puede comprar piezas de recambio". ¿¡¿QUÉEEEEE?!?
-"Pero si sólo hace seis años que se compró".
-"Sí, pero no hay remedio. Si quiere puede comprar uno nuevo" !?!?!

Como el "juguete" en cuestión costó 30 000 dólares (y eso que era baratito), no parece una opción muy factible. Nadie tiene así disponible esa cantidad de dinero de libre disposición (bueno, igual si tuviéramos alguna tarjeta black de esas.... )

Esto sí que es obsolescencia programada... Tener que cambiar el láser cada seis años porque no lo reparan es como un poco fuerte. Y nos hemos planteado qué soluciones alternativas había.

Las opciones eran:
- Encontrar láseres de segunda mano
- Encontrar repuestos del láser.
- Intentar averiguar cómo arreglarlo.

Las dos primeras opciones, ná de ná. He contactado fácil con diez proveedores de repuestos, un par de casas de reparación, y un par de empresas de segunda mano, y sólo he conseguido un eco. Y éste para decirme que ya no reparan láseres refrigerados por agua.

Así que ha habido que remangarse, recordar la electrónica, y a intentar arreglarlo.

Lo primero, ver si el agua pasa o no, y después ver si el sensor del láser funfuna. Saber si el agua pasa es muy sencillo: no hay más que mirar el tubo de salida, y así hemos comprobado que el agua sí que sale. Pero, ¿da los 8 litros minuto? Colocando un sensor externo hemos comprobado que sí, el flujo que pasa es el correcto.

Por lo tanto el problema está, o en el sensor, o en la eletrónica. Una vez desmontado el láser, resulta que el sensor funciona bien: se basa en un rotor que se pone a girar cuando pasa el agua como si fuera una rueda de molino. Y llegamos al escenario donde hay que reparar la electrónica.

A estas alturas ya os imagináis por dónde va el asunto, ¿no? Una reparación de 50 céntimos. Pues casi, casi, creo que no llega ni al céntimo.

Después de "jugar" un rato con el osciloscopio, hemos conseguido aislar el problema en una placa, que es el paso que no reacciona cuando conectamos/desconectamos el agua. La placa en cuestión es ésta:


Así que el nene se ha tenido que descargar las características de los circuitos integrados, ver las señales de entrada, e intentar deducir qué señal de salida tenía que producir. Sabiendo eso, uno puede intentar hacer un apaño y fabricarla "artesanalmente".

Bien, pues resulta que después de un "ratito" reconstruyendo el circuito y demás, su función no es más que hacer de interruptor para una señal. Si no hay flujo, no deja pasar la señal, si hay flujo de agua manda la señal de vuelta.

Saber cuál es el problema es el 90% de la solución. Y diréis, ¿qué has cambiado para arreglarlo?
¡Je! Muy sencillo, directamente he quitado la placa y he puesto el "interruptor" en cerrado:
La reparación ha consistido en cambiar la placa de la primera imagen por el cablecito morado que se ve en la segunda foto.

Como siempre, una vez sabes la solución, parece fácil. El problema es que al tuntún no podíamos probar, no fuera que nos cargáramos más componentes del láser.

Y ahora ya funciona.

En esa foto estaba emitiendo con 0.855 W.

Así que nos hemos ahorrado muchos dólares y sobre todo, tiempo.

Si os digo la verdad, hasta me lo he pasado bien recordando la electrónica.






domingo, 3 de mayo de 2015

Diario de un superviviente: "False friends" y otras guiriadas

Hoy vengo a hablaros de la lengua de los guiris, esa lengua tan fácil de aprender en unos sentidos y en otros es incomprensible: el inglés.

Lo mas fácil que va a encontrar un español son los verbos: casi todos son regulares, y en todos los tiempos todas las personas son iguales, excepto la 3ª persona del singular del presente (él/ella), lo cual sin embargo impide prescindir del sujeto, siendo obligatorio poner un pronombre. Pongamos un ejemplo:

Español: Comer
Yo como
Tu comes
El come
Nosotros comemos
Vosotros coméis
Ellos comen

Inglés: To eat
I eat
You eat
He eats
We eat
You eat
They eat

Veis? Sencillo no? Así simplemente tienes que aprenderte una lista de infinitivos  y acordarte de añadir una s en el de "he" (luego hay excepciones que si varían de persona en persona).

Luego la cosa se complica: siguiendo con los verbos, están los phrasal verbs, unas variaciones especiales de los verbos que cambian completamente los significados. Así tenemos que:

Inglés/Español:
Look/Mirar
Look after/Vigilar, cuidar
Look for/Buscar
Look forward/Esperar
Look like/Parecer

Y la lista sigue, y sigue.
Luego tenemos los false friends, que son palabras que parecen que significan algo pero significan algo parecido o algo completamente diferente. Os pongo una lista de palabras, e intentáis adivinar. Más abajo os pondré las respuestas:

1: Actually
2: Carpet
3: Dessert
4: College
5: Embarrased
6: Large
7: Jam
8: Silicon
9: Vacuum
10: Turkey





No bajéis sin responder!








Estas son las respuestas:
1: De hecho (No actualmente, que es nowadays)
2:Alfombra (No carpeta, que es folder)
3: Postre (No desierto, que es desert)
4: Universidad (No colegio, que es school)
5: Avergonzado/a (No embarazada, que es pregnant)
6: Grande (No largo, que es long)
7: Mermelada (No jamón, que es ham)
8: Silicio (No silicona, que es silicone)
9: Aspiradora (No vacío, que es void)
10: Pavo (Aunque también turco)

Así, Vacuum the carpet es "Pasar el aspirador por la alfombra" y no "Vaciar la carpeta".
Que? Complicado? Pues si a esto le sumas que cada palabra se pronuncia diferente... apaga y vámonos!

Para acabar os dejo un par de imágenes (en inglés) que muestran lo raro que es:









Seguiré escribiendo.

Corto y fuera.



sábado, 2 de mayo de 2015

To tip or not to tip

Siempre que vengo por este país me noto reticente a la manera de gestionar aquí las propinas. Uno puede estar más o menos acostumbrado en España a dejar propina en un bar, o en un restaurante, pero generalmente se da de propina "las vueltas" o lo que redondea la cantidad.

Ahora planteaos esta situación. Vais a cenar un día a un restaurante, y os presentan una factura de, no sé, pongamos 100 euros. ¿Cuánto dejaríais vosotros de propina?

¡¡Venga, mojaos!!

No, nada no es respuesta válida. TENÉIS que dejar propina.

¿Cuánto oigo? ¿3 euros? ¿5 euros?

Vamos a ver cómo funciona aquí.

Llegas al restaurante, y ves que te apetece un plato de, no sé, $15 o $20. Dejemos las bebidas aparte, te tomas agüita fresca, que eso te lo ponen en todos los sitios, con bien de hielo, tan pronto te sientas a la mesa. Y si vas una familia, pues fácilmente puedes llegar a los $100 comentados inicialmente. Pero cuando llega la cuenta resulta que los impuestos no estaban incluidos (que pueden ser de un 15 a un 18%). Ni tampoco la propina.

Si uno ve la cuenta pensando que le iba a costar $100, y le aparece un sobrecoste de $18, inesperado, puede decirse, ¿y ahora tengo que dejar propina? ¡Nanai! Eso es algo muy, pero que muy típico de europeos aquí, sobre todo del sur de Europa, como España o Francia. 

El caso es que en este país los sueldos de los camareros son prácticamente el mínimo legal, y en algunos estados ni siquiera están sujetos a un salario fijo mínimo. Por eso en muchos lugares el salario del camarero sale de las propinas. Es decir, puede ocurrir que si no dejas propina, el camarero que te ha servido y que ha trabajado atendiéndote, y más que probable, poniendo todo el esfuerzo para que no haya pegas, no va a cobrar NI UN DOLAR. Así que si venís a este país, y os toca pagar una factura de restaurante donde el camarero os sirve en la mesa, tenedlo en cuenta.

¿Y cuánto hay que dejar de propina? Lo normal, si el servicio ha sido razonable, es un 15%. A añadir a los impuestos. Con lo cual a la cantidad que uno pensaba iba a gastar hay que sumarle un 33% MÁS. No está mal ¿eh?

Si el servicio ha sido bueno, puedes dar un 18%, o incluso  más si ha sido excepcional. Hay por ahí circulando historias de clientes que dejaron propinas de $1000 o incluso $10 000 (Donald Trump).

O si cenas con alguien que ha trabajado de esta manera (muy común entre chicos que hacen la tesis, que se pagaron parte de la Universidad como camareros). Ellos insistirán que es un trabajo muy duro, y que hay que dejar buena propina.

¿Y qué pasa si no dejas propina? Lo que estás diciendo es casi un insulto, viene  a ser "no me da la gana de pagarte nada por lo que has hecho, porque estaba tan mal, que casi me ofende". Algún caso me han contado de algún español que no dejó propina y salió el camarero detrás para preguntarle el por qué...

Si uno ha tenido un mal servicio, debe dejar poca propina, pero no NADA.

Total, que volviendo al principio, para una factura de $100, habría que dejar AL MENOS $15 de propina, más $15-18 de impuestos: Total $133 dólares.

Lo bueno es que cuando pagas con tarjeta te devuelven un ticket del estilo:


Así que tienes que decir cuánto quieres dar, hacer la suma, y firmar. (Gratuity es propina.. no que te salga gratis.)

En algunos sitios incluso te hacen "sugerencias", aunque no siempre correctas:


¿Y siempre hay que dar propina? No tengo nada claro dónde sí y dónde no. En los restaurantes, si el camarero te sirve, sí. Si es comida rápida, no. En el taxi, sí. En la pelu también se espera.

Pero luego resulta que en el supermercado el cajero o cajera es el que saca todo del carro, y hay otra persona (bagger) que lo pone en bolsas y lo pone otra vez en el carro. Y eso, que yo sí daría propina, resulta que es un servicio incluido, e incluso en algunos supermercados tiene prohibido aceptar propinas...

En fin, otro país, otras costumbres...



Nota final: No en todos los sitios es así. Me ha tocado ir a algún restaurante (y era normalito) donde se especificaba "servicio incuido". Pero no es lo común.



¡Vamos a la "Pelu"!

Las semanas previas a venir aquí tuvimos que coordinar todos los preparativos del viaje con la vida en Pamplona y todo lo que hay que hacer de normal. Seguro que os ha pasado alguna vez que os habéis sentido como un malabarista con los platos chinos, sin poder dejar de atender alguna tarea porque si no ese "plato" se va al suelo...


Y claro, tiene que ocurrir que algún platillo se quede relegado y se olvide. No sé, por ejemplo algún hijo se puede dejar el DNI ¿verdad? ;-) O te puedes dar cuenta en el avión que se te olvidó ir a la peluquería.

Claro, es una trivialidad, pero el problema es que tienes que ir, preguntar, enterarte si es "paicido" a las pelus en tu terruño, y sobre todo, sobre todo, tienes que saber pedir lo que quieres, y entender al mendas que te pregunta precisiones.

Enterarte si es "paicido" es sencillo, preguntas a la gente del curro y averiguas que todo es más o menos igual, excepto que es uno de los servicios donde se espera que pagues propina ("tip"). 

El saber pedir lo que quieres puede tener consecuencias en los siguientes dos meses... No es como si vas a preguntar en el supermarket dónde está el tomate, y no le entiendes al dependiente. Porque aquí si te equivocas con la longitud, y dices que sí sin saber lo que dices, puedes acabar como:


No me lo saco de la manga. En una peluquería del centro, al lado de la Universidad, ofertaban como el corte más barato el militar. Así que eso me quedó claro, nada de pedir "simple haircut", o "short haircut", hay que especificar la longitud.

Así que hoy que era un día más descansado, y en el que el pelo ya tenía una longitud apreciable, me he "armado de valor" (exagerando)  y me he ido a la pelu.
Ya había fichado una al lado de casa, en plan oeste americano:

Me he puesto las camperas, me he montado en mi caballo, y para allí me he ido.

¿Qué tal la experiencia? Como una seda. Le he pedido la longitud del pelo "one finger width" detrás de la cabeza y "a little bit longer" arriba, y el peluquero ya me lo ha completado diciendo "so it can be combed one side". Y a empezar.

Me ha puesto de cara a un "wall TV" (sí, aunque no parezca por el exterior tenía una señora televisión) con un canal de deportes (se nota que no me conoce) con fútbol americano (qué interesante...).
 
Lo mejor al final. A mí en España no me lo habían hecho nunca, por lo que para mí es nuevo.
Pero aquí me han pasado un pseudo-aspirador al final. ¡Y la verdad es que funciona bien!


Y ya está, he pagado (más barato que aquí): $15 de "regular haircut" más $3 de "tipping", total $18. 

Como a los niños les toca dentro de poco, ya tenemos dónde llevarlos. Les pediremos un "military haircut".